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viernes, 19 de agosto de 2016

IMPERTINENCIA SORDA 

A estas horas, nublada el alma de mi lucidez, salgo a cubierta y el frío
de la noche en mi rostro, busca en la distancia la presa marítima.
Grito muy fuerte como para que Dios me escuche, insensible, sin
ninguna alteración a bordo más que yo misma y pienso zarpar de
amarras.
Una impertinencia sorda para que escuche mi corazón los vendavales
salvajes que corren por la sangre, cuando imagino noches encantadas
a tu lado.
Piedra preciosa que me recuerda como flotan en el aire los espíritus
marinos.  
 Antes de levantar el mástil, el espíritu que me asiste, caliente de re-
cuerdos, llama alborotado a mi cuerpo en otro cuerpo igual.
¡Serpiente de mar femenina ven!
Antes que vos y yo nos miremos a los ojos, prefiero que miremos en la
misma dirección!
Diosa marina que encantas cualquier distancia entre las aguas, no me
abandones esta, quédate a mi lado, iniciemos las negociaciones acuáticas,
para que naveguen entre los ríos nuestras ansias.

LUCÍA SERRANO (del libro MÍSTICA DEL CAOS)