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miércoles, 25 de mayo de 2016

LUCÍA SERRANO


LUCIA SERRANO

LA NOCHE DE LOS MAGOS
                                                                    a Ariel Abuelo

Es interminable la noche de los magos, sus piruetas aumentan con los años.
Retazos de la nada, al borde de la noche más brillante de nuestra vida, nos hizo inmunes y detestamos cualquier ineficacia.
Todos los que nos rodeaban eran monos y nadie se ocupó de adiestrarlos.
Extorsionados, no tuvieron respuestas para el alma de los magos.
Entretelones de pasiones ciertas, hablaban conmigo sobre el olor del fracaso en los infiernos. Fue perverso el viento volando mis azulados cabellos.
Éramos magos por titularidad. Nos excitaban los barrios rojos de cualquier ciudad, bajo la lluvia torrencial de los veranos.
Desviamos todo para ser magos y hacer piruetas sobre el vacío cruel de la existencia.
Las dificultades fueron dejadas de lado y yo extendí mis brazos para abrazar tu cuerpo.
Todo mi amor te pertenece, después de haberme convertido en mago, contigo,
a tu lado.    

Son tan preciadas estas reliquias amigo amante, que multiplican minuto a minuto todas las fatalidades.