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domingo, 12 de julio de 2015

RASGOS DE LA INFANCIA

Rasgos de la infancia, fueron una anterioridad que no tuve en
días posteriores y no pude renunciar hasta encontrar, tanta belleza
desacostumbrada.
Mi padre era un señor, dibujante de formas con su cuerpo, todo
un artista, un hombre sin el tiempo.
Bailarín profesional, no tuvo caídas.
Nunca más fui tan feliz, como cuando subía con él a las montañas.
Lo angustiaba no poder complacerme a todo instante, más no in-
tentaba.
Los rasgos de la infancia siempre vuelven a sorprender mis pasos.
Mi padre, rey del espacio que dibujaba, murió en una noche don-
de ya no bailaba.
Sin poder comprender que hay más formas, más movimientos, ri-
gidizó su cuerpo, se hizo todo espíritu, se hizo manso al tiempo y
también se hizo el muerto.
Desde entonces suspendí la certeza de la muerte, esperando vol-
ver a verlo algún día entre la niebla.
Su retrato guardó en mi alma todos los secretos que construyeron
entre risas sus palabras.
Después llegaron los días donde él no estaría.
Yo recordaba las rosadas tardes al sol, las noches plateadas por
la luna, el último tango sin cansancio.
Su ausencia de formas, su instantaneidad.
Parecía no tener ni pasado ni futuro y en el presente siempre era
otro.
Tenía pocas responsabilidades, porque aprendió a pactar con la
verdad.
Aceptaba propuestas que nadie se animó a hacerle.
Amaba a las mujeres, sobre todo a la suya.
Una voz, una intención, detenían sus pasos.
Nunca pedía lo imposible, tal vez lo haya tenido.
Y con ese saber que conocía, yo quería vivir en mi camino, hacer-
lo grande, un genio, un bailarín, o un asesino.
Mi ambición fue suprema, el dolor vino después, colado con los
restos de lo que nunca atrapará el saber.
Y así como esa noche se terminaba el mundo, he quedado en el
mundo sin su amor y siento más que nunca que me amaba.
Un gigante del sol en horizontes vírgenes, vendedor de ilusiones
por las noches, fueron días de muchas alegrías, de confusión, de éx-
tasis, de agonías.
Cuando su cuerpo se pudría en el seno de la tierra, no encontré
paz, no encontré eco, no encontré bienestar, no lo encontré nunca
más.
Sólo escuché su voz en la distancia nombrando el silencio que
anuncia los misterios.
Centelleante latir, repitiéndose en la fijeza de la voz.
Una eternidad suficiente, pausas del tiempo, un impalpable.
Afiebrados latidos del corazón, hicieron que un día me tragara to-
do su amor de golpe.
Extravagancia, aceptando ser la realeza de una pasión delicada.

LUCIA SERRANO (del libro "Blues para la Corona")





(estas tres últimas fotos son mi cumpleaños de 15, con las chicas del colegio y mi padre cerca)

miércoles, 8 de julio de 2015

Querido Amigo:
                           Detesto que el amor esté unido al sufrimiento. Se que me costará indecibles penalidades salvar al ángel caído de mis tinieblas y creo que ya no tengo fuerzas para ello.
                           En la realidad exterior no pude encontrar nada a lo que pudiese unirme para siempre. Las dificultades iban maltratando a un espíritu combativo como el mío.
                           Me entristece pensar que siendo una mujer brillante por demás, un ser de luz a quien le fueron transmitidos enigmas del universo, desconocidos misterios, posea un NO para el amor en esta tierra y eso es terrible para pensar en mis días. No puedo ir a nuestro encuentro, tengo millones de obligaciones, estoy muy cansada y mi insatisfacción es máxima.
                           Del amor que a mi me sacia, se poco, o casi nada, lo que se perfectamente, es del que sacia a los demás. Mi soledad va tomando rumbos que me asustan. Decía Alejandra Pizarnik: "yo ya no existo lo se, lo que no se, es que existe en lugar mío"
                           Extraño tu alegría comprendiendo la furia del poeta frente a cualquier interrupción. Un preso inapresable vive siempre en prisión. La vida entera es poca para mis sueños. 
                           Encore continúa su viaje y está destinado a la transmisión del Psicoanálisis y la Poesía. 
Anestesiada, el mundo pasa, pero yo lamento los desencuentros. 
                           Acabo de comprar una hermosa casa en la isla, es una selva perfecta, en la esquina de dos ríos importantes, con 2500 metros de parque, palmeras, frutos, flores. Es un paraíso, incluso hay en la isla un bar tan extraño, que no se puede creer la suerte que yo tengo, pero a mí nada me satisface demasiado.
                          Nosotros teníamos un plan que fue desarmándose de a poco, lamento nuestra distancia, me gustan tus cuidados y la alegría que convocas a mi alma.
                          No estar con él, algo me entristece, pero estar siempre es un peligro incalculable, yo siento su amor cuando su cuerpo y el mío se hacen uno entre los besos. El me grita "quédate conmigo", "no te la podes bancar" me dice y es obvio, su locura es tan grande, que no tengo el tiempo para asistirlo.
                         Por las noches escribo y no deseo dormirme.
Junto al río se tranquiliza mi sed y nada espero, todo es horizonte.
Pensé en comprarme una lancha que me ofrecieron por U$S 3500, iría del continente a la isla, me sentaría a mirar la naturaleza porque en ella encuentro las verdades más excelsas y sería felíz. 
Mi cuerpo desea placeres solitarios.
                         El y yo nos parecemos. Admiro su vida encadenada por el sinsentido de las circunstancias que ha vivido. Cuando paso con él algunos días, su alegría es máxima, me atiende como a una reina, vicios y placeres que me sacian. No se adonde voy cuando me voy de su lado, pero siempre quiero irme
                        Tengo en imprenta un nuevo libro.
                         Lo único que verdaderamente alegra mi alma, es escribir, allí entre palabras, el poeta encuentra sus orígenes. 
No pertenezco a este mundo. Tengo costumbres intergalácticas para los humanos. El ángel que me habita me esconde del maltrato. 
                         Querido Amigo, recuerdo tus exquisitos cuidados, tu comprensión frente a mi furia, tu aceptación a todas mis ideas, la magia que vive en tu ser es maravillosamente bella para mis sueños
Extraño nuestras conversaciones, el entusiasmo nos acercaba hasta las primeras luces del día sin cansancio.
                         Lúcida felicidad la nuestra.
                         Por las noches adoro estar despierta entre tanto silencio, invento puentes aéreos, alturas que vivían en mi sangre y no puedo resignarme a tantas lejanías.
                         El tiempo entero se transforma en neblina, brillo opaco del encierro. Hoy, sólo quedabas tú en mi corazón, tú, siempre lejano, siempre ausente. Un inevitable siempre.
                         Me pierde el tiempo del reloj.
                         Tal vez te acuerdes de aquel amigo millonario, coleccionista de autos antiguos que vivía en Olivos, como los dos cumplimos años el mismo día, me propuso hacer una gran fiesta en un boliche frente al río. Un importante cocinero hará un locro, vendrán músicos, bailarinas, equilibristas, poetas, algún pintor que hará una performance, estoy sorprendida, un tanto desconcertada por haber aceptado, pero todos están armando el encuentro para mí, imposible decir que no.
                        Ah, una buena, ya no soy más prófugo de la justicia terrenal, se arreglaron los papeles. 
                        Tristezas alcanzadas por lo impuro que tiene la cercanía a la pureza, me hicieron sensible, loco peligroso, poeta que no encontró su alimento en esta tierra. De no haberme declarado rebelde, mis tiernas intenciones hubiesen fracasado. 
                      Deseé poseer entre mis horas, un amor perfecto como el que conocía. Nostalgias de una visión sin límites inspirada en los desiertos. 
                      Fui un alquimista.  
                                            Hasta la próxima.   

martes, 7 de julio de 2015

Querido:
              Y si no te amé lo suficiente, fue por temor a la mirada
del que más me amaba.
              Lo abandoné todo, aunque en verdad, nada esperaba.

Querido;
              El amor no tolera cegueras y siendo el rey pide por
su trono.
              Un destino posible para nosotros dos, aún me sobrecoge.
              Dedicada a mi oficio, escucho en las palabras, todos
los silencios.
              Fue imposible dejar de ser una mujer.


(del libro de Lucía Serrano "BLUES PARA LA CORONA")

viernes, 3 de julio de 2015


                                           EL SABOR DEL ÉXITO

Yo àguila de alta montaña reviento tus sueños.
¡Oh si conocieras el sabor del èxito!
Vuelvo atràs, a vos, si a vos.
Tu harapiento discurso de careta solo seduce a los dinosaurios muertos.
Inútiles seràn tus rifles y tus bombas de cianuro.
Estàs comièndote mis cadáveres idiota, ya veràz lo pelmaza que eres.
Te aconsejo conseguirte un martillo geològico de los de verdad, puede golpear una roca, partirla por la mitad, mirar dentro y murmurar algún mantra, que en una de esas te salva.
Ponte en alerta, no difames a los grandes, por desconocerlos. .
Podès ser la equivocación… retrocede, sospecha en primer lugar de tì.
Pero quedad tranquilos, vuestros deseos seràn sonidos entrecortados que llenan el éter que usamos en las noches donde jugamos a ser todos los hombres. Vuestros nombres se escribiran en el paraíso, yo misma les pedirè que te rindan ese homenaje que jamàs hubieras merecido..
El presidente mantiene sus redes de comunicación en torno al planeta.
Acà en la via làctea no se conocen esa gente de la que usted habla, hàgase una vez màs la paja, a solas para que nadie lo vea y asì no piensen mal de usted.
Chau payaso que no soporta el circo, pon la cabeza para abajo y pìdele a cualquiera de tus amigos que rocìen tu nuca con tetrabrick.
Desconoces el trapecio y te pueden comer los leones, son fieras.
¡Aguanta el bardo tus pobres insolencias de niño malcriado!
El poeta muriò al amanecer con sus amigos. ¿vos quien sos?
Estuve hablando con Allen Ginsberg, dijo que no te conoce, que se trata de pesadillas despiertas, alcohol y vergas y bolas infantiles. relámpagos que no escuchan nuestro tiempo iluminando todas las palabras inmóviles, ebriedad del vino malo, vibraciones del sol que no te llega.
Te aconsejo venir a Brooklyn, hay estrepitosos tarros de basura y una regia clase de iluminación para las mentes como la tuya.  
Si conocieras el Bronx, un batallòn perdido de conversadores platònicos como tù, bajan de espaldas las escaleras de escape vomitando, susurrando palabras acerca de los actos ajenos que jamàs podràn alcanzar.
No critiques a un poeta, no vayas a la casa de un cuidador de ovejas vestido con un traje de corderito, te descubriràn..
No dejes rotos a tantos corazones simples.
Yo no tengo sentimientos, soy un profesional del alma, si quieres conversar, acepto.
Bendigo tus importantes tareas, me alegro que no sean improvisados como las nuestras, que hambrientos buscàbamos por Oklahoma, jazz, sexo o sopa, para conversar finalmente sobre la eternidad de Amèrica.
Una tarea sin esperanzas no tiene tanta importancia..
Te enloqueces cuando algunos de los mejores con los que te encuentras a la luz callejera de la medianoche, desconociendo al populacho que te sostiene abren sus destellos y eluden el ùltimo atisbo de conciencia, no te conocen, son virtuosos, muestran sus genitales a cualquiera y regalan tambièn sus manuscritos.
Tampoco conocen la tecnología absurda de tus estrofas.
Rezan de rodillas por la salvaciòn de cada uno de sus amigos, acusan a tus palabras de hipnotismo
Me paro frente a ti estupefacto y somnoliento, sacudo mis vergüenzas, y escucho los sonidos del corazòn absoluto del poema.
Una vida descarnada es la nuestra…
El vagabundo loco que espero y el golpe del àngel que me asiste me aconsejan seguir, no detener mis pasos frente a tus palabras malditas.
Te bendigo ginebra por aquellas noches donde mi pobreza te tubo a mi lado y lloro estremecido por el dolor de conocer la injusticia y haberla olvidado.
Cuando llegue mi amigo el espacio que compartiremos serà vibrante y exhalaremos el sufrimiento de las mentes desnudas que viven en tus cercanìas.
Después escribiremos algún poema, inventaremos algún imposible que lo haremos cierto y nada,. eso, solo eso.
Revelo lo poco de tu ser dicho, chau caretas, cuidad los estandartes de vuestro monumento, el que no has construido, te contratarán los viajeros ausentes, chau igual te quiero, nada ataca a un hombre que ya muriò hace mucho tiempo.